Es muy común en la arquitectura el recubrir muros o paredes con capas de mezclas, con el fin de mejorar el aspecto y acabado de los trabajos, para esto los materiales más utilizados son los morteros (mezcla de cemento, arena y agua).
Se le conoce como repellado a la capa de mortero que se aplica para cubrir una pared o muro. Algunos maestros de obra prefieren preparar mezclas de mortero con cal, o mortero con tierra o bien un mix de todos los anteriores.
Dentro de los recubrimientos, el repellado de mortero suele ser el mas resistente y por lo tanto el más duradero, esto convierte la técnica del repellado en la más usada por los albañiles y aplicada en su mayoría en paredes y muros exteriores.
Generalmente usamos el repellado para proteger las construcciones, de esta manera un muro o pared con un repellado bien realizado puede ofrecer una mayor duración y resistencia a la obra.
¿Qué diferencias hay entre un repellado y un aplanado?
Muchas personas e incluso maestros albañiles pueden llegar a confundirse entre lo que es un repellado y un aplanado, muchas veces aseguran que son lo mismo, por esta razón aquí les dejo las diferencias entre cada técnica.
- El repellado es la capa de mortero que usamos para cubrir una pared o un muro, donde generalmente estas son elaboradas de block o tabique según sea la zona geográfica.
- Las capas de un repellado deben ser lisas, delgadas, de preferencia impermeables, sin grietas, y sobre todo homogéneas.
- Después de que se concluye el repellado, entonces es cuando se aplica un aplanado, en esta técnica se procede a usar una mezcla con mejor finura, pero siempre sobre el muro o pared repellado.
- Otra diferencia es que un aplanado también son usados para cubrir irregularidades y con esto proteger la construcción de la exposición a la intemperie.
Algunos consejos para antes de aplicar un repellado
- Contar con las áreas completamente limpias
- Mojar la pared o muro
- Recomendable usar arena de granos filosos y angulares
- Aplicar la primera capa tan fuerte como sea posible
- Cuidar no lanzar repetidas veces en la misma zona
- Rayar la primera capa para preparar la segunda capa
- Curar por lo menos tres días consecutivos para evitar el agrietamiento