Esteban Bermúdez, mexicano que tiene como oficio la albañilería y el boxeo, ha sido nombrado como campeón del peso Minimosca. Al vencer en seis rounds al venezolano Carlos Cañizales y esto es apenas el inicio de su carrera.
La felicidad y sonrisa del compañero se hace notar en cada medio en donde se publica la nota. Su historia sin duda es una historia que llena de orgullo y motivación, ya que es un claro ejemplo de los grandes frutos que se obtienen si estamos trabajando día a día y se tiene perseverancia y se trabaja diario en ello.
Esteban comentaba que con la pandemia, este periodo fuera de lo común en el que todos estamos pasando. La situación estaba más complicada y estuvo a punto de abandonar el boxeo, una decisión difícil pues este deporte es su pasión y una grande apuesta para que se convierta en su profesión.
En esos momentos difíciles, continuaba con sus labores como albañil pues es el trabajo que ayuda a llevar el pan de cada día a su casa. Es el ingreso adicional que lo apoya a sostenerlo cuando el boxeo no está presente.
Compartió con varios medios que ese cinturón significa mucho, ya que en el mundo deportivo permitió que Esteban tuviera escrito su nombre con letras de oro y en su vida cotidiana se llenara de alegría y motivación para seguir, ya que el campeón regresa en su día a día a la albañilería, que como muestra están los nudillos que el cemento ha quemado mientras hace la mezcla.
El campeón cuenta que, al tener como combinación el entrenamiento de box y la albañilería, le han dejado algunas huellas o marcas en sus manos. En donde la mezcla del concreto carcome las heridas del box.
Un alto grado de compromiso su pasión – el box – y su labor – la albañilería – hacen que sus heridas no se curen tan fácilmente, causando que la piel se carcoma poco a poco.
La historia de Esteban es un gran ejemplo de que el que persevera alcanza y de gran inspiración.